1.) Riego excesivo:
Un exceso de agua puede matar las plantas de cannabis. El riego sólo debe realizarse cuando la capa superior (unos 5 cm) de la tierra esté seca. En los sistemas hidropónicos es mucho más difícil, o más bien imposible, regar en exceso porque la lana de roca tiene unas propiedades de drenaje excelentes. Los bloques de lana de roca no deben permanecer en el agua, lo que tampoco debería ocurrir con los sistemas hidropónicos. Hay que evitar a toda costa el encharcamiento, ya que a las plantas de cannabis no les gusta nada.
2.) Hablar demasiado de ello:
A la gente le encanta sentirse importante y hablar de sus plantas. Esto siempre conlleva problemas, incluso si existe una exención apropiada para el cultivo, es mejor mantener el cultivo para uno mismo.
3.) Demasiada poca paciencia
Ya en la germinación hay que tener paciencia. Una semilla puede tardar hasta 10 días en brotar correctamente. Si es posible, no toques la semilla en germinación, ya que es muy sensible a los patógenos y a las esporas de los hongos y puede morir por ellos.
4.) Mala genética/semillas de la hierba de la calle:
El rendimiento y la calidad del producto final vienen determinados en gran medida por la genética. Por lo tanto, es esencial utilizar semillas frescas y de alta calidad de bancos de semillas de buena reputación si no quiere sufrir una decepción.
5.) Sobrefertilización:
Si se cultiva en tierra, abone sólo cada dos veces. Enjuague a fondo las macetas cada 2-3 semanas con abundante agua clara, para que vuelva a salir por los agujeros de plantación en el fondo y las sales enriquecidas (minerales) sean expulsadas del suelo. Drena bien el agua para que la planta no se quede en el agua bajo ninguna circunstancia.
6. ) Subfertilización:
Ocurre con menos frecuencia, pero puede suceder, por ejemplo, si se utiliza abono orgánico, pero no hay suficientes microorganismos en el suelo para convertir los nutrientes y ponerlos a disposición de las plantas. El abono orgánico sólo funciona y sólo puede ser utilizado por la planta si hay suficientes microorganismos en el suelo.
7.) Empezar demasiado pronto con el cultivo exterior
Las plantas que se plantan a principios de la primavera suelen crecer mucho, pero tardan mucho más en empezar a florecer. A medida que los días se van alargando hasta el 21 de junio, la planta que se puso demasiado pronto no se da cuenta de que ha llegado el momento de florecer. Tarda hasta mediados de agosto y luego finalmente se da cuenta de que debería estar floreciendo. Produce sus brotes sólo en agosto y septiembre o incluso más tarde. El resultado son árboles enormes con brotes pequeños. Esto se debe a que la luz del sol no es tan fuerte en septiembre. El clima es húmedo, hace más frío y está más nublado justo cuando los brotes deben madurar y necesitan especialmente mucha luz. Si la planta se pone más tarde, descubre que los días no se alargan en absoluto. Comienza a florecer antes, se desarrolla mejor y obtiene flores más grandes que tienen la oportunidad de madurar que una planta que se sacó en abril. Lo mejor es sacar las plantas al exterior el 1 de junio.
Los cultivadores experimentados de interior envían sus plantas a florecer cuando tienen unos 30 cm de altura. Con este tamaño, las plantas reciben una luz óptima en todos los puntos, lo que repercute en el rendimiento.
8.) Empezando demasiado tarde con el Outdor-Grow:
Las plantas necesitan un tiempo para crecer antes de que los días se acorten y comience la floración. Un comienzo demasiado tardío del cultivo al aire libre en verano da lugar a plantas pequeñas y débiles con menos rendimiento.
9.) Malas condiciones ambientales:
Entre otras cosas, las plantas necesitan una buena circulación de aire, también por la noche, así como suficiente luz. En el área interior, todo el aire del cuarto de cultivo debe ser reemplazado completamente cada 5-10 minutos.
10.) Errores durante la cosecha:
Cosechar demasiado pronto es perjudicial para la calidad y el rendimiento. Especialmente en el último periodo de la fase de floración, la planta se pone realmente en marcha, produce mucha resina y las flores salen a borbotones.
Cosechar demasiado tarde aumenta el riesgo de moho en los cogollos. A partir de cierto punto de madurez, los canabinoides vuelven a degradarse, es decir, la calidad sólo puede empeorar. El control y la observación minuciosa de los cogollos y los tricomas con un microscopio ayudan a captar el momento adecuado de la cosecha.
